miércoles, 20 de junio de 2012

23.- Por el Altiplano (y II)


Diana a las cinco. Hay que ver salir el sol en una zona de geiseres llamada precisamente “Sol de Mañana”. La Laguna Colorada, a la altura de la cual están los refugios, está helada. Como seguimos ascendiendo, el frío va en aumento y cuando llegamos a los geiseres, entre la baja temperatura y el efecto chimenea que allí se produce, el viento te corta el resuello. Olor a azufre, mucho vapor, las gafas empañadas y demasiado agujero en ebullición para ir haciendo el bobo por aquí. Las fotos justas y al Toyota. Estamos a cinco mil metros.


Más altiplano, más lagunas y llegamos al poco a la Laguna Polques que presenta un surgimiento de aguas termales en un lugar próximo al camino. Alguien tuvo la idea de cercar la fuente de aguas termales de modo que hay una balsita casi circular de unos siete u ocho metros donde la gente se baña.


Habría una quincena de vehículos cuando llegamos. La mayoría se estaban bañando o lo habían hecho ya cuando llegamos. ¡Con qué cara de felicidad y satisfacción se les veía!


Si tenemos en cuenta que como mínimo llevábamos tres días con higiene precaria o nula, a aquel caldito solo le faltaban los fideos, pero… ¡qué gustito, oiga, tan calentito!


Continuamos nuestro periplo altiplánico pasando por el llamado Desierto de Dalí, una zona que es similar a la pintada por el de Figueras en alguno de sus cuadros y en cuyo honor se le dio este nombre. Dicen que él nunca conoció el lugar antes de pintar sus cuadros. Para hacerse una idea, es algo parecido a lo que el cine nos presenta como supuestos paisajes marcianos: desierto arenoso, grandes  rocas sueltas, ausencia de vegetación  y colores ocres en varios tonos en las montañas que rodean la llanura.

Continuamos haciendo camino hacia la Laguna Verde, llamada así por su color, que depende, no solo de los solutos que se lo confieren, sino también del régimen de vientos. No tuvimos suerte pues había que hacer un esfuerzo para imaginarla verde. Un viento del sudoeste, frío y molesto, rizaba su superficie. Al fondo el volcán Likankaur, mitad chileno, con una pequeña fumarola, reafirma su existencia.


Sophie y Steve pasarán a Chile y continuarán su periplo sudamericano. Los acercamos a la frontera,  donde un microbús les espera para llevarlos a San Pedro de Atacama.

Volvemos sobre nuestros pasos hasta la Laguna Colorada para, bordeándola por su parte sur, ir regresando a Uyuni.

El driver sigue consumiendo coca. La fórmula consiste en tomar primeramente una cerveza sin alcohol, que él nos mostraba cada vez para tranquilidad nuestra, después ir masticando hojas de coca de una en una conservando el peciolo para poder extraerla de la boca sin escupir y cuando ya llevas varias horas con la coca, se remata con Coca-Cola…la parienta espera en casa.

2 comentarios:

  1. Que bonitos paisajes,sobre todo vistos desde casa con el aire acondicionado.
    Cuando volváis, el invierno de aquí os parecerá gloria.
    El driver es la pera limonera.
    Un abrazo.
    JUAN Y GEMMA

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  2. Que bonitos paisajes,sobre todo vistos desde casa con el aire acondicionado.
    Cuando volváis, el invierno de aquí os parecerá gloria.
    El driver es la pera limonera.
    Un abrazo.
    JUAN Y GEMMA

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